MARIA GUADALUPE LOMELI CEREZO
Nació en la Ciudad de México el 6 de
noviembre de 1924, estudió el bachillerato de Ciencias Físico-Matemáticas
en la Escuela Nacional Preparatoria de la UNAM de 1941 a 1942 y la carrera de Matemático
de 1943 a 1946, en la Facultad de Ciencias ubicada en el Palacio de
Minería. Obtuvo título de Matemático en 1950. Entonces había muy pocos
profesores y por eso me tardé en recibirme Su director de tesis sobre
estadística matemática fue el Dr. Roberto Vásquez. Gracias a una beca
(assistantship) que implicó servir de ayudante de profesor, principalmente
calificando tareas y exámenes a alumnos de collage (profesional) pudo
realizar sus estudios en la Universidad del Estado de Iowa, donde obtuvo
su maestría en ciencias (M.S.) con especialidad en Estadística. La beca la
consiguió por las gestiones que a su favor hizo en varias universidades
norteamericanas, con sus colegas judíos el doctor Solomon
Lefschetz, profesor visitante del Instituto de Matemáticas. Al terminar la
maestría decidió regresar a México y no continuar con el doctorado pues la
estadística en nuestro país estaba muy poco desarrollada y difícilmente
encontraría aplicación a lo que aprendiera. En la conversación que tuve
oportunidad de sostener con la maestra Lomelí, me platicó: en Minería
donde estudió la carrera eran sólo cuatro alumnas regulares y las más
jóvenes, sus compañeros varones fueron Anselmo Chargoy, que ya era abogado y
Palafox que trabajaba en una compañía de seguros. Coincidiendo con lo
que me expresó la maestra Manuela Garín, ellos se quejaban de que
sus compañeras no faltaban a clases, hacían las tareas e incluso pudieron
terminar más pronto la carrera y recibirse antes. Entre sus compañeras tuvo a
una muy inteligente y estudiosa, Isabel Landázuri quien quiso hacer la
carrera de ingeniería química pero un profesor se empeñó en
impedirlo y lo logró. Además, había la dificultad de que no existían textos en
español, sólo en inglés, este hecho y sus clases de esta lengua en la
Secundaria 8 y en la Escuela Nacional Preparatoria le sirvieron para sus
estudios de maestría en Iowa. En ese lugar hacía mucho frío y parte del
dinero que le serviría para el pasaje de avión de regreso lo tuvo que
gastar en ropa de invierno, después el rector de la UNAM le proporcionó
los recursos económicos para su retorno. Su labor docente en la Escuela
Nacional Preparatoria la desarrolló como maestra de Matemáticas entre 1947 y
1953, el jefe de clases era el maestro Esteban Minor, quien al principio
mostró cierta resistencia, todos los profesores eran en su mayoría ingenieros de la
Universidad o militares, después estuvo encantado con las matemáticas de Ciencia.
Posteriormente fue profesora de Introducción a la Estadística en la
Facultad de Ciencias y de Diseño de Experimentos en el Postgrado de la
Facultad de Ingeniería, asimismo de Muestreo en la Universidad Central de
Venezuela y en varios Centros de Capacitación en estadísticas agropecuarias de
la FAO en diversos países. De 1954 a 1960 fue investigadora del Instituto de
Matemáticas de la UNAM, su Director Alfonso Nápoles Gándara tuvo
que consultar con los demás investigadores para obtener su consentimiento
para que ingresara una mujer. Lo cual, yo considero que no fue tan difícil
dado que el número de matemáticos en ese momento era muy pequeño y las
tituladas en la Facultad de Ciencias, en su mayoría, mujeres. La maestra
Lomelí se convirtió en la primera investigadora mujer que ingresó al Instituto
de Matemáticas. En el sector público se desempeñó como estadístico 1954
1958 (1a maestra Lomelí en su currículum. utiliza el adjetivo
masculino en todos sus cargos: profesor, investigador, jefe, etc.) y
posteriormente Jefe del Departamento de Análisis Estadístico y Muestreo
en la Dirección General de Estadística Muestreo. A nivel internacional su
labor también ha sido muy fecunda, en estadísticas agrícolas principalmente,
como asesor, experto, estadístico en la Organización de las Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en Guatemala,
Venezuela, Colombia, Chile, Roma, Guyana y Sri Lanka. En las Juntas Directivas de la Sociedad Matemática Mexicana en los
periodos 1957-59 y 19961-63 participó como Vocal y como Secretaria de
Actas, respectivamente. Donde las mujeres trabajaban mucho, principalmente
en la elaboración del Boletín de la Sociedad y en las actas de las
reuniones. La maestra Lomelí no estaba de acuerdo en que los artículos que
se publicaban eran, en muchos casos de profesores de universidades
extranjeras que habían sido los maestros de los primeros investigadores
matemáticos mexicanos que estudiaron maestrías y doctorados en EE. UU. Las
investigaciones matemáticas nacionales, en ese momento, difícilmente podían
ser nuevas y originales. De padres españoles nació en la isla de Cuba, su
madre era ama de casa y su padre fue ingeniero de minas. Éste trabajaba
con una compañía norteamericana, en el extremo occidental de la isla, en una
mina en medio de la nada y sin escuela en los alrededores, por lo que sus
padres fueron sus profesores de primaria, hasta el quinto año en que la
familia se mudó a Pinar del Río donde terminó la primaria e inició la
secundaria. En 1932 el dictador Machado ejercía la violencia y la represión contra
el pueblo cubano por lo que nos metimos a protestar, pero Machado nos
respondía matando gente afirmó Manuela (en una conversación publicada en
la Carta Informativa de la Sociedad Matemática Mexicana de la cual he
tomado gran parte de esta semblanza.). Ante esta situación la familia se
marcha de Cuba hacia México pensando que dada la cercanía cuando cayera la
dictadura podrían regresar. Pero nunca volvimos, yo no sabía que la vida
me tenía deparado otro destino. En México ingresa al Colegio Motolinía, que era
una escuela de monjas bastante liberales. Con algunas dificultades burocráticas, puede
ingresar a la Escuela Nacional Preparatoria al bachillerato de Ciencias
Químicas, donde la mayoría eran mujeres, su mamá decía que la ingeniería
no era para mujeres y quería que estudiara para farmacéutica, lo que a
Manuela no le entusiasmaba en absoluto. Nápoles Gándara y Graef Fernández
fueron sus maestros de Matemáticas, ella comenta con tales profesores se
definió más mi vocación. Graef era un hombre simpático, muy buen maestro y un
hombre de gran calidad humana; sus risas en el primer patio se oían hasta
el tercer patio de la preparatoria.
Por otra parte, en reciente conversación
con la maestra Manuela, me platicó que don Alfonso Nápoles en la
preparatoria la animó a que estudiara Matemáticas, mientras pasaba lista
el profesor, ella hacía la tarea y podía siempre entregársela, por esto y
seguramente porque era buena alumna, agrego yo, él la consideró como una
buena candidata a ingresar a la recién creada carrera de matemático, y el
maestro Nápoles, no se equivocó.
A pesar de que había un acuerdo del
Consejo Universitario en el sentido de que los alumnos del bachillerato de
Ciencias Químicas podían ingresar a Ciencias sin tener el bachillerato de
físico- matemáticas, había dos señoritas (Pimentel y Cuéllar) en Rectoría
que no querían aceptar la inscripción de la señorita Garín, para
lograrlo tuvo que intervenir el director de la Escuela de Ciencias
Físico Matemática el Ing. Ricardo Monges López otro gran impulsor
y promotor del desarrollo de las ciencias (especialmente de
la geofísica y la geología y de sus institutos de los que fue
director, 1949 y 1946, respectivamente).
La escuela y la facultad de ciencias,
los institutos de Matemáticas y de Física, y las Sociedades de Matemáticas y de
Física fueron hijas adoptivas de la Escuela Nacional de Ingenieros; así la
Srita. Garín ingresó a la carrera en 1937. En el Palacio de Minería,
Tacuba 5 teníamos clase en un rinconcito que había al lado de la
escalera. Estaba el pizarrón, el lugar del maestro y 4 asientos. No cabía
más. Sus compañeros fueron Enriqueta González Baz, Félix Recillas
y un ingeniero metalúrgico de apellido Gal. No había todavía un
plan de estudios bien definido cada quien llevaba las materias que quería
pero su generación fue la primera que siguió un plan estructurado y seriado.
Recillas era muy inteligente, pero por
razones económicas tuvo que abandonar la carrera el primer año (después
regresó y ha sido un matemático distinguido) y a Gal tuvieron que pedirle
que se inscribiera aunque no asistiera, pues eran necesarios cuando
menos tres alumnos para abrir los grupos. Sus compañeros Guido
Munsh, Francisco Zubieta y Enrique Valle Flores, que estaban antes que ella,
les hacían mucha burla por ser tan cumplidas y ordenadas. No teníamos libros
donde estudiar y había que solicitarlos a los EE. UU. Graef, que era
nuestro profesor de Geometría, se fue becado a Harvard y hubo que pedirle que
mandara las calificaciones y nos puso 10 a todos, incluyendo a la
secretaria solicitante. El ingeniero Marianito Hernández les daría
Probabilidades y les confesó que como no conocía la materia, iba estudiar
junto con sus alumnos, Y nos dio un curso precioso.
Al terminar su carrera, Manuela se
casó y se fue al norte, por lo que no estuvo en la fundación de la
Sociedad Matemática Mexicana en 1943. Su viaje retrasó su tesis. Cada vez
que venía a la ciudad de México cambiaban los criterios e, incluso le
pidieron un trabajo original. El gran científico e investigador visitante
de la UNAM George David Birkhoff le dio una vez unos problemas para que
trabajara con ellos, pero no fue hasta unos años después cuando se
tituló con una tesis sobre probabilidades dirigida por el M. en C.
Remigio Valdez. Nuevamente, al tratar de obtener su título profesional se
enfrentó a la burocracia universitaria con la señoritas de Rectoría citadas,
pues Manuela Garín Pinillos no existía, ya que carecía de acta
de nacimiento al abandonar Cuba no pudo sacar todos los
documentos personales. Afortunadamente este obstáculo fue vencido.
La matemática Garín de Álvarez fue
miembro de la Directiva de la S.M.M. durante los períodos 1957-59, 1961-63
y 1967- 69 ocupando los cargos de Secretaria de Actas en el primero y tercero
y vocal en el segundo. Y fue la responsable de organizar los congresos de
Matemáticas en Hermosillo en 1966 y de Guadalajara en 1969. Por primera
vez participó en un congreso científico de Física en Toluca en el
Instituto Científico y Literario, cuyo director era Adolfo López Mateos,
en el que presentó una ponencia sobre el Espacio Mikowsky de 4 dimensiones. Manuela
Garín de Álvarez ha dedicado lo mejor de su vida a la enseñanza de las
Matemáticas a los jóvenes universitarios con entrega, pasión, cariño y
responsabilidad, aunque nunca fue directamente mi maestra, siempre la he
admirado y la he considerado como tal. Sus primeras clases las dio en
Preparatoria, después en el Tecnológico de Monterrey durante 4 o 5 años. En
1951 empezó a dar clases en Ingeniería y en 1952 en la Facultad de
Ciencias. En Ingeniería se jubiló en 1979 pero regresó en 1982 y por fin se
retiró en 1992, a pesar de que al principio no eran bien vistos los
matemáticos de Ciencias por ser muy teóricos. En 1989 fue declarada profesora
Emérita de la Facultad de Ingeniería de la UNAM con la aprobación de más
del 80% del profesorado y aún algunos que no se enteraron de la propuesta
le manifestaron su apoyo y reconocimiento. También cuenta, entre sus grandes
aportaciones académicas, la formación de profesores de ingeniería de la
Universidad de Yucatán, para abrir la licenciatura en Matemáticas. Y de
manera muy destacada la organización y creación (de lo que se siente muy
orgullosa, con toda razón) de la Escuela de Altos Estudios de la
Universidad de Sonora con programas de fisicomatemáticas y letras. En esta
ocasión contó con el apoyo del rector Ignacio Chávez, quien la comisionó a
Sonora. Ha habido un motivo más de admiración de mi parte para mi maestra
Manuela, su participación desde joven en su lucha por las mejores causas
de la humanidad, su enfrentamiento con la dictadura de Machado, su apoyo a la
República Española, la defensa de la expropiación petrolera del general
Cárdenas y varios años después, cuando yo la conocí en 1954, como joven y
entusiasta profesora democrática de la entonces muy conservadora Facultad
de Ingeniería, por su muy destacada heroica participación en el movimiento
de 1968 y su presencia en posteriores movimientos democráticos, en mítines y
manifestaciones donde con frecuencia se la encontraba.
Su preocupación por los problemas
sociales y su gran vocación matemática, se pone de manifiesto en estas palabras
Lástima que no todo mundo tenga una carrera universitaria, porque te
da otra forma de pensar. No se trata de que la gente sólo
absorba información, sino que sepa ver las cosas y analizarlas. Para eso
las matemáticas son esenciales, es lo fundamental para entrenarte
en los procesos lógicos. ¡Qué bueno que todo el mundo fuera matemático! La
maestra Manuela es motivo de orgullo, un ejemplo a seguir y un contundente
mentís a la supuesta inferioridad femenina. Entre las fundadoras de la
Sociedad, no se pudo obtener suficiente información de las matemáticas
Marta Mejía de Valle y Luz María Barraza G. Tampoco se localizaron datos
de la primera mujer Presidenta, de la Sociedad Dra. Zenaida Ramos Zúñiga. Se
tendrá que investigar más.
Afortunadamente muchas matemáticas
mujeres, a pesar de intolerancia, fanatismo, ignorancia y misoginia han podido
vencer múltiples obstáculos y continuar por el camino luminoso trazado
por estas pioneras, llegando a ser magníficas matemáticas y
científicas, brillando con luz propia, igualando y aún superando a los
varones que hemos perdido la exclusividad y preeminencia en todos los
campos de la cultura humana, en su acepción más amplia.
RITA LOPEZ DE LLERGO Y SEOANE
Nació en la ciudad de México, D.F., el
26 agosto de 1905, egresó de la Escuela Nacional de Maestros, graduándose en
mayo de 1922, obtiene el título de Maestra de Geografía en 1928 en la Facultad
de Filosofía y Letras (De acuerdo con la investigación de la maestra Irma
Escamilla, éste es revalidado por el Consejo Universitario). Realiza el
bachillerato en 1930 en Ciencias Físico Matemáticas en la Escuela Nacional
Preparatoria. Entre octubre de 1931 y junio de 1932, el maestro Sotero Prieto
reconocido profesor de los primeros matemáticos y físicos profesionales de
México, imparte el curso de Historia de las Matemáticas en la Facultad de
Filosofía y Letras, a ese curso asiste como única alumna mujer, la señorita
López de Llergo (así llamada siempre) son sus compañeros Carlos Graef
Fernández, Isidro Orozco, Carlos Martínez Becerril, Alberto Dovalí, Agustín Anfossi,
Guillermo Enrique Schütz. De la investigación realizada por la maestra Irma
Escamilla del Instituto de Geografía de la UNAM se desprende que su labor
docente fue muy amplia: Profesora de
Matemáticas en Escuelas Secundarias y la Escuela Nacional Preparatoria
de 1930 a 1943 y de 1931 a 1934, respectivamente, de Geografía en Secundarias
de 1928 a 1932, en la Escuela Normal Superior, de Cartografía 1942-1945 y de
Geografía Regional 1945-1952 y en la Facultad de Ciencias impartió Geografía
Física y Geología Dinámica en 1958 y de Climatología en 1962. Y relacionados
con su labor académica los siguientes trabajos: Texto y cuaderno de trabajo
para el cuarto año (1960) y para quinto año (1962) de Geografía para Primarias
(1960). Dirección de la parte geográfica del Diccionario Histórico, Biográfico
y Geográfico, editado por Porrúa Hermanos. Gráfico, editado por Porrúa
Hermanos. El Instituto de Geografía de la UNAM fue fundado en 1938, sin embargó
en un principio estuvo principalmente ligado a la docencia, por lo que, en
1943, se reestructuró para que asumiera plenamente su función de investigación,
para la que fue creado, en concordancia con los otros institutos, para esta
tarea fue designada, por el entonces rector de la UNAM Alfonso Caso, la maestra
Rita López de Llergo quien fue la primera mujer que ocupó el cargo de Directora
de un Instituto en la Universidad. Puede considerársele como la fundadora de la
dependencia, quien se dedicó a establecer y fortalecer relaciones con diversas
instituciones y dependencias oficiales, nacionales e internacionales, así como
darse a la tarea de aumentar la planta de personal, pero sobre todo, se abocó a
promover y dar a conocer el trabajo geográfico desarrollado fundamentalmente en
este período, a través del Comité coordinador de levantamiento de la carta de
la República Mexicana. Varios fueron los trabajos desarrollados durante su
gestión, especialmente de índole cartográfica, requeridos en esa época y que
han constituido algunos de los principales aportes a la Geografía Mexicana.
Para la maestra Aurora Tovar, la excelente
matemática, geógrafa de gran rigor profesional y cartógrafa López de Llergo fue
formada dentro de severas y recias disciplinas científicas, coordinó la
realización de numerosas cartas geográficas y fomentó la elaboración de cartas
históricas y formó con su saber a muchos geógrafos. Fue Directora del Instituto
de 1943 a 1964, después de ella la han sucedido varias directoras. Impulsó las
nuevas técnicas aerofotogrametrías para el levantamiento de cartas geográficas
adquiriendo modernos equipos como el Estereoplanígrafo Zeiss.
SARA
RODILES DE AYALA
Nació en la Ciudad de México
el 10 de enero de 1919, la primaria, secundaria y preparatoria las cursó en el
Colegio Luis G. León entre 1926 y 1937. Sus estudios profesionales en la
Escuela Normal Superior, 1938 - 1940. Obtuvo el título de Maestra de
Matemáticas en diciembre de 1940. También realizó estudios de Francés en la
Alianza Francesa (1940 - 1942) para obtener el título de maestra de Francés
acreditado por la propia Alianza y el Colegio Francés Mayorazgo. También tomó
cursos de inglés y de alemán. Así como cursos de actualización de preparación
pedagógica para profesores de Matemáticas de la Escuela Nacional Preparatoria,
durante varios años, a partir de 1964 (cabe señalar que por asistir a esos
cursos se nos otorgaba una remuneración económica).
Su labor docente fue muy
amplia, importante y fructífera varios de sus alumnos la recuerdan como una
magnífica maestra con una gran vocación y amor por la docencia.
Entre 1941 y 1979, a lo largo
de 38 años, fue profesora de Secundarias en el D.F. en el número 1, 6, 7, 8,
10, 11, 14, 16 y 18. También fue maestra de Matemáticas en los seis grados de
la Escuela Nacional Preparatoria, planteles 1 y 2 de 1963 a 1980. En la Escuela
de Enseñanza Superior José Vasconcelos, (1941- 1948) en los Colegios Luis G.
León, (1935 - 1968) Francés Mayorazgo (1941 - 1949) y Anglo Español; también
impartió la cátedra de Matemáticas en la carrera de Administración de Empresas
de la Universidad Iberoamericana.
Habiendo sido alumna
aventajada del doctor Alfonso Nápoles Gándara, fundador de la Sociedad Matemática Mexicana, éste la llamó en el
período 1955 - 1957 y fue la primera mujer en formar parte de la Junta
Directiva de la Sociedad con el cargo de Secretaría de Actas. Su labor fue
ejemplar por su gran eficiencia,
diligencia y sentido de responsabilidad por lo que siempre gozó de aprecio y
reconocimiento de los muy distinguidos matemáticos Alfonso Nápoles Gándara y
Alberto Barajas, maestros de Maestros.
También participó en la
Sociedad Mexicana de Física, en su Boletín de 1956 a 1967 y en las Sociedades
Astronómica de México, de la que fue Secretaria, y en la de Amigos de la
Agricultura y las Artes de la que fue Presidenta, fue miembro de la Academia Nacional
de Ciencias Antonio Álzate y de las Asociaciones de Mujeres Intelectuales de
América y la de Miniaturistas desde 1987 hasta 2001. Coautora de libros de
texto para Secundaria y Preparatoria y colaboradora en los Boletines de
las Sociedades de Matemáticas y de
Física. Participó en los congresos de Matemáticas de Mérida, Monterrey,
Culiacán, Veracruz, Morelia y San Luis Potosí, así como en los congresos de
Física en Culiacán y Monterrey en la
asamblea conjunta de Matemáticas y Física de Monterrey.
Formó parte de la Comisión
Organizadora del Centenario de la Escuela Nacional Preparatoria formando el
catálogo del profesorado de Matemáticas de 1967 a 1971.
Recibió diversos
reconocimientos por su labor académica. Murió el 7 de diciembre de 2001.
Mi agradecimiento a su hija la
contadora Saribel Ayala Rodiles por la información que aquí aparece, que ella
me proporcionó.





